Monición de entrada
Buenos días (tardes, noches), queridos hermanos. En el viernes de la primera semana de Adviento, Dios sigue dándonos buenas noticias de salvación. Sean todos bienvenidos a esta celebración.
El Adviento lo estamos viviendo desde una historia concreta. Y las lecturas nos están diciendo que este mundo nuestro tiene remedio.
Pidamos a Dios que en esta misa sane nuestras dolencias. Comencemos con el canto de entrada. De pie, por favor.
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Moniciones a las lecturas
Monición a la primera lectura (Isaías 29, 17-24)
Seguimos con la lectura del libro del profeta Isaías y ahora nos presenta un panorama hermoso. Dios quiere salvar a su pueblo y lo hará muy pronto. Escuchemos esta gran noticia para los hombres de todos los tiempos.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de Isaías 29, 17-24
Así dice el Señor:
«Pronto, muy pronto,
el Líbano se convertirá en vergel,
el vergel parecerá un bosque;
aquel día, oirán los sordos
las palabras del libro;
sin tinieblas ni oscuridad
verán los ojos de los ciegos.
Los oprimidos volverán a alegrarse con el Señor,
y los más pobres gozarán con el Santo de Israel;
porque se acabó el opresor,
terminó el cínico;
y serán aniquilados los despiertos para el mal,
los que van a coger a otro en el hablar
y, con trampas, al que defiende en el tribunal,
y por nada hunden al inocente».
Así dice a la casa de Jacob
el Señor, que rescató a Abrahán:
«Ya no se avergonzará Jacob,
ya no se sonrojará su cara,
pues, cuando vea mis acciones en medio de él,
santificará mi nombre,
santificará al Santo de Jacob
y temerá al Dios de Israel.
Los que habían perdido la cabeza comprenderán,
y los que protestaban aprenderán la enseñanza».
Palabra de Dios.
Monición al salmo responsorial (Salmo 26)
Como el pueblo de Israel de hace dos mil quinientos años, seguimos necesitando la salvación de Dios. Las palabras del salmo 26 nos dan ánimo y mantienen nuestra esperanza, por eso decimos todos con toda confianza:
Salmo responsorial: Salmo 26, 1. 4. 13-14
R. El Señor es mi luz y mi salvación.
El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar? R.
Una cosa pido al Señor,
eso buscaré:
habitar en la casa del Señor
por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor,
contemplando su templo. R.
Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor. R.
Monición al Evangelio (Mateo 9, 27-31)
El texto que escucharemos del Evangelio de San Mateo, es una estampa muy propia de Adviento en la que dos ciegos que desean, buscan y piden a gritos su curación, obtienen de Jesús el milagro de su sanación.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Mateo 9, 27-31
En aquel tiempo, dos ciegos seguían a Jesús, gritando:
—«Ten compasión de nosotros, hijo de David».
Al llegar a la casa se le acercaron los ciegos, y Jesús les dijo:
— «¿Creéis que puedo hacerlo?».
Contestaron:
—«Sí, Señor».
Entonces les tocó los ojos, diciendo:
—«Que os suceda conforme a vuestra fe».
Y se les abrieron los ojos. Jesús les ordenó severamente:
—«¡Cuidado con que lo sepa alguien!».
Pero ellos, al salir, hablaron de él por toda la comarca.
Palabra del Señor.
Oración de los fieles
Presidente: Dirijamos al Señor, luz del mundo, nuestra oración, para que cada día nos abra los ojos de la fe a su amor por nosotros. Oremos todos diciendo:
Señor, luz del mundo, ilumina nuestros corazones.
- Por la Iglesia, para que sea signo transparente de la luz del Señor presente en la historia y pueda restituir a cada hombre obcecado por el pecado, la alegría del encuentro con Dios que salva. Oremos.
- Por el Papa, los obispos y los sacerdotes, en especial por los que trabajan en los países donde o la indiferencia hacia Dios ha hecho al hombre incapaz de ver la luz del Señor, para que siempre sean ministros fuertes y valientes del Evangelio y difundan con su ejemplo la alegría de ser hijos y servidores de Dios. Oremos.
- Por los que tienen alguna responsabilidad en el gobierno de las naciones, especialmente por los de nuestro país, para que nunca sean ciegos al dolor, las injusticias, la violencia que a menudo guían los destinos de los pueblos, sino que se preocupen de corazón por el bien común y protejan la paz . Oremos
- Por los enfermos, especialmente los ciegos, para que nunca estén privados de la ayuda y de la cercanía de los hermanos y siempre puedan encontrar la luz de la fe, lámpara segura que guía sus pasos. Oremos
- Por todos nosotros, para que el Señor nos conceda siempre la certeza de creer que Él obra en la historia y en nuestra vida personal, y podamos reconocer los prodigios que cada día hace en nosotros. Oremos.
Presentación de las Ofrendas
Mientras esperamos la venida del Señor, llevamos a su altar las ofrendes de Pan y vino. Cantemos todos.
Comunión
El Adviento nos invita a abrir los ojos, a esperar, a permanecer en búsqueda
continua, a decir desde lo hondo de nuestro ser «ven, Señor Jesús». Vayamos al encuentro del Señor y recibámosle en la sagrada Eucaristía.
Final
Hermanos, cuántas personas están ahora mismo clamando desde su interior, esperando
un Salvador que no saben bien quién es: y lo hacen desde la pobreza y el hambre, la soledad y la enfermedad, la injusticia y la guerra. Al finalizar la santa misa de hoy nos vamos con la misión de mostrar a los demás al Salvador que nosotros sí conocemos quién es.
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Fuentes: Aldazábal, J. Enséñanos tus Caminos 1. Adviento y Navidad día tras día, Centro de Pastoral Litúrgica, Barcelona; Monjas Agustinas de los Cuatro Santos Coronados, Oración de los Fieles Tiempo de Adviento y Navidad, Ed San Pablo, Bogotá, Colombia.