Monición de entrada
Buenos días (tardes, noches), queridos hermanos. En el martes de la primera semana de Adviento, nos da mucha alegría recibirles en la casa de Dios para la celebración eucarística.
En nuestros tiempos, marcados por la autosuficiente, el orgullo de los progresos
de la ciencia y la técnica, necesitamos tener un corazón sencillo para que en nosotros el espíritu del Adviento.
Pidiendo a Dios esa sencillez del corazón, comencemos esta santa misa con el canto de entrada. De pie, por favor.
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Moniciones a las lecturas
Primera lectura (Isaías 11, 1-10)
El cuadro que nos presenta el profeta Isaías no puede ser más optimista. Esta página del profeta ha sido siempre interpretada como un anuncio de los planes salvadores de Dios
para los tiempos mesiánicos. Escuchemos.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de Isaías 11, 1-1
Aquel día,
brotará un renuevo del tronco de Jesé,
y de su raíz florecerá un vástago.
Sobre él se posará el espíritu del Señor:
espíritu de prudencia y sabiduría,
espíritu de consejo y valentía,
espíritu de ciencia y temor del Señor.
Le inspirará el temor del Señor.
No juzgará por apariencias
ni sentenciará sólo de oídas;
juzgará a los pobres con justicia,
con rectitud a los desamparados.
Herirá al violento con la vara de su boca,
y al malvado con el aliento de sus labios.
La justicia será cinturón de sus lomos,
y la lealtad, cinturón de sus caderas.
Habitará el lobo con el cordero,
la pantera se tumbará con el cabrito,
el novillo y el león pacerán juntos:
un muchacho pequeño los pastorea.
La vaca pastará con el oso,
sus crías se tumbarán juntas;
el león comerá paja con el buey.
El niño jugará en la hura del áspid,
la criatura meterá la mano
en el escondrijo de la serpiente.
No harán daño ni estrago
por todo mi monte santo:
porque está lleno el país
de ciencia del Señor,
como las aguas colman el mar.
Aquel día, la raíz de Jesé
se erguirá como enseña de los pueblos:
la buscarán los gentiles,
y será gloriosa su morada.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial (Salmo 71)
De las motivaciones que nos hacía la primera lectura para mirar al futuro con ánimos y con esperanza, hace eco el salmo 71, alabando el programa de justicia y de paz de un rey bueno, destacando sobre todo que en sus intenciones entra la atención y la defensa del pobre y del afligido. Unámonos a la alabanza nosotros también diciendo:
Salmo responsorial: Salmo 71, 1-2. 7-8. 12-13. 17
R. Que en sus días florezca la justicia,
y la paz abunde eternamente
Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes,
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud. R.
Que en sus días florezca la justicia
y la paz hasta que falte la luna;
que domine de mar a mar,
del Gran Río al confín de la tierra. R.
Él librará al pobre que clamaba,
al afligido que no tenía protector;
él se apiadará del pobre y del indigente,
y salvará la vida de los pobres. R.
Que su nombre sea eterno,
y su fama dure como el sol:
que él sea la bendición de todos los pueblos,
y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra. R.
Evangelio (Lucas 10,21-24)
Para que el Espíritu del Adviento entre en nosotros, necesitamos abrirnos al don de Dios y alegrarnos de su salvación. Y esto no lo hacen los que ya están llenos de sí mismos. Necesitamos algo más, y eso nos lo revela Jesús en el Evangelio de hoy.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Lucas 10,21-24
En aquel tiempo, lleno de la alegría del Espíritu Santo, exclamó Jesús:
—«Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las has revelado a la gente sencilla.
Sí, Padre, porque así te ha parecido bien.
Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo, sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiere revelar».
Y volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte:
«¡Dichosos los ojos que ven lo que vosotros veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que veis vosotros, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron».
Palabra del Señor.
Oración de los fieles
Presidente: La sabiduría que Jesús nos enseña es la de quien sabe confiarse al Padre como un niño. Con la audacia y la seguridad de los pequeños, demos voz a nuestra oración diciendo todos:
Señor del cielo y de la tierra, ven a salvarnos.
- Por la Iglesia, para que viva con autenticidad y transparencia el Evangelio, a fin de ser signo creíble del amor y de la misericordia que Dios tiene para cada hombre, en una sociedad que apaga cada vez más la esperanza y la alegría. Roguemos al Señor.
- Por el Papa, obispos y sacerdotes, para que el Señor les conceda la bienaventuranza de los pequeños, para que vivan con plena dedicación y gratuidad su servicio pastoral. Roguemos al Señor.
- Por todos los pueblos del mundo, para que abran sus corazones a la salvación que Cristo les ofrece, renunciando a las pretensiones mundanas y buscando la sencillez del corazón. Roguemos al Señor.
- Por todos los que sufren, especialmente por los niños que son abusados, explotados o rechazados, para que el Señor abra el corazón de quienes oprimen con violencia a los pequeños inocentes y convierta en gestos de bondad y de atención todo acto de injusticia y abuso. Roguemos al Señor.
- Por todos nosotros, para que descubramos la belleza del mensaje de salvación que hemos escuchado hoy y busquemos siempre agradar a Dios con nuestros actos. Roguemos al Señor.
Presentación de las Ofrendas
En la espera de que Cristo venga por segunda vez, llevemos al altar los dones de pan y vino, que se convertirán en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, que viene a nosotros encada eucaristía.
Comunión
«¡Dichosos los ojos que ven lo que vosotros veis!» nos ha dicho Jesús en el Evangelio de hoy. Con la fe de que Jesús, aunque no lo veamos, está presente en el pan y el vino consagrados, acerquémonos a recibirle.
Final
En cada Eucaristía, además de hacer memoria de la Pascua del Señor, y de dejarnos llenar de su gracia y su alimento, también lanzamos una mirada hacia el futuro: «mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo».
Alimentados por el Pan de la Palabra y el Pan Eucarístico, regresamos ahora a nuestros hogares, con la mirada puesta en la venida del Señor.
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Fuentes: Aldazábal, J. Enséñanos tus Caminos 1. Adviento y Navidad día tras día, Centro de Pastoral Litúrgica, Barcelona; Monjas Agustinas de los Cuatro Santos Coronados, Oración de los Fieles Tiempo de Adviento y Navidad, Ed San Pablo, Bogotá, Colombia.