Monición de entrada
Queridos hermanos, les damos la más cordial bienvenida a la celebración eucarística de hoy, con la que cerramos la primera semana de Cuaresma, en nuestra ruta de preparación para la Pascua.
En nuestra ruta cuaresmal, Dios nos mostrará hoy un camino para vivir en santidad. Dispongamos nuestro corazón para albergar a Dios y dejar que transforme nuestra vida.
Comencemos esta misa con el canto de entrada. De pie, por favor.
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Moniciones a las lecturas
Monición a la primera lectura (Deuteronomio 26, 16-19)
En el camino cuaresmal, en la primera lectura de hoy Dios nos hace un llamado a la santidad, viviendo un estilo de vida que nos traza la palabra por Él revelada.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Deuteronomio 26, 16-19
Moisés habló al pueblo, diciendo:
—«Hoy te manda el Señor, tu Dios,
que cumplas estos mandatos y decretos.
Guárdalos y cúmplelos
con todo el corazón y con toda el alma.
Hoy te has comprometido a aceptar lo que el Señor te propone:
Que él será tu Dios, que tú irás por sus caminos,
guardarás sus mandatos, preceptos y decretos,
y escucharás su voz.
Hoy se compromete el Señor a aceptar lo que tú le propones:
Que serás su propio pueblo, como te prometió,
que guardarás todos sus preceptos,
que él te elevará en gloria, nombre y esplendor,
por encima de todas las naciones que ha hecho,
y que serás el pueblo santo del Señor,
como ha dicho».
Palabra de Dios.
Monición al salmo responsorial (Salmo 129)
Para vivir en santidad hay que caminar en la voluntad del Señor. Alabemos a Dios con el salmo 118 diciendo todos:
Salmo responsorial: Salmo 118, 1-2. 4-5. 7-8
R. Dichoso el que camina en la voluntad del Señor.
Dichoso el que, con vida intachable,
camina en la voluntad del Señor;
dichoso el que, guardando sus preceptos,
lo busca de todo corazón. R.
Tú promulgas tus decretos
para que se observen exactamente.
Ojalá esté firme mi camino,
para cumplir tus consignas. R.
Te alabaré con sincero corazón
cuando aprenda tus justos mandamientos.
Quiero guardar tus leyes exactamente,
tú, no me abandones. R.
Monición al Evangelio (Mt. 5, 20-26)
El evangelio de hoy nos pone delante un ejemplo muy concreto del este estilo de vida que Dios quiere de nosotros. Jesús nos presenta su programa: amar incluso a nuestros enemigos.
Con el canto dispongámonos a escuchar el Evangelio.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 43-48
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
—«Habéis oído que se dijo: «Amarás a tu prójimo» y aborrecerás a tu enemigo.
Yo, en cambio, os digo: Amad a vuestros enemigos, y rezad por los que os persiguen. Así seréis hijos de vuestro Padre que está en el cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.
Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y si saludáis sólo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto».
Palabra del Señor.
Oración de los fieles
Presidente: Con fe pedimos a Dios el coraje de amar, de amar siempre, en la amistad y la enemistad, en la belleza y en la fatiga de las relaciones, conscientes de que sólo así somos signo de la eterna misericordia del Padre uno de nosotros. Por eso oremos juntos diciendo: para cada
Concédenos, Señor, la plenitud del amor.
- Por la Iglesia, para que tenga siempre en el corazón la oración por sus perseguidores y se manifieste como el lugar donde todo hombre puede experimentar la sobreabundancia del amor de Dios. Oremos.
- Por el Papa, los obispos, los sacerdotes y por todos los misioneros y misioneras del Evangelio, para que infundan en el corazón de aquellos que encuentran el coraje del amor gratuito, del perdón y del amor por el enemigo. Oremos.
- Por los jefes de las naciones, para que se esfuercen por hacer leyes justas que lleven a la comunión, a la solidaridad, a la acogida, integrando y reeducando también a aquellos que aún viven al margen o fuera de la legalidad. Oremos.
- Por todos los que sufren, especialmente por los enfermos, para que, si es la voluntad de Dios, puedan sanar pronto y recobrar la salud, y para que tengan siempre a su lado personas que las cuiden y las asistan con amor. Oremos.
- Por todos nosotros, para que la Virgen Madre, que es venerada particularmente el día sábado, interceda ante su Hijo Jesús, para que nos conceda vivir el mandamiento del amor con la misma caridad y misericordia que nos ha manifestado cuando moría en la cruz. Oremos.
Presidente: Dios, Padre nuestro, escuchas nuestras plegarias y haz que acojamos en este tiempo cuaresma como un momento favorable para vivir como tú nos pides, amando a aquellos que no corresponden a nuestro amor y especialmente a nuestros enemigos con un perdón incondicional. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Presentación de las Ofrendas
«Dichoso el que camina en la voluntad del Señor», hemos dicho con el salmo de hoy. Llevemos al altar nuestros dones de pan y vino, y con ellos ofrendemos nuestra voluntad para que se ajuste a la de Dios.
Comunión.
En nuestro camino hacia la santidad, hay una fuerza necesaria para conseguir nuestro objetivo. Hoy la podemos recibir acudiendo a comulgar.
Final
Queridos hermanos, al finalizar la primera semana de Cuaresma, nos retiramos a hacer vida la Palabra que hemos escuchado, amando y sirviendo incluso a nuestros enemigos.
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Fuentes: Caballero, B., La Palabra cada día, Ed San Pablo, Madrid, 1990; Aldazábal, José, Enséñanos tus caminos 3 La Cuaresma día tras día, Centro de Pastoral Litúrgica, Barcelona, 2003; Monjas Agustinas de los Cuatro Santos Coronados, Oración de los Fieles Tiempo de Cuaresma y Pascua, Ed San Pablo, Bogotá, Colombia.
