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Monición de entrada
Queridos hermanos, tengan todos muy buenos días (tardes, noches). En el jueves de la octava semana del tiempo ordinario, nos llena de mucha alegría recibirles en la casa de Dios para celebrar la santa misa en un día muy especial, dedicado a la eucaristía y la oración por los sacerdotes.
Dispuestos a que Jesús cure hoy nuestra ceguera, comencemos con mucha ilusión y esperanza la santa misa de hoy, entonando juntos el canto de entrada.
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Moniciones a las lecturas
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Monición a la primera lectura (Sirácida 42, 15-26)
En la primera lectura escucharemos un gran himno a Dios por la naturaleza y por la historia. Pongamos atención a este texto, que es como un eco a los primeros capítulos del Génesis.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de Sirácida 42, 15-26
Voy a recordar las obras de Dios
y a contar lo que he visto:
por la palabra de Dios son creadas
y de su voluntad reciben su tarea.
El sol sale mostrándose a todos,
la gloria del Señor se refleja en todas sus obras.
Aun los santos de Dios no bastaron
para contar las maravillas del Señor.
Dios fortaleció sus ejércitos,
para que estén firmes en presencia de su gloria.
Sondea el abismo y el corazón,
penetra todas sus tramas,
declara el pasado y el futuro
y revela los misterios escondidos.
No se le oculta ningún pensamiento
ni se le escapa palabra alguna.
Ha establecido el poder de su sabiduría;
es el único desde la eternidad;
no puede crecer ni menguar
ni le hace falta un maestro.
¡Qué amables son todas sus obras!;
y eso que no vemos más que una chispa.
Todas viven y duran eternamente
y obedecen en todas sus funciones.
Todas difieren unas de otras,
y no ha hecho ninguna inútil.
Una excede a otra en belleza:
¿quién se saciará de contemplar su hermosura?
Palabra de Dios.
Monición al salmo responsorial (Salmo 32)
El salmo 32 canta la palabra y la acción de Dios, su justicia y su misericordia. Los versos escogidos en la liturgia de hoy se fijan en la palabra creadora. Unámonos al salmista diciendo todos:
Salmo responsorial: Salmo 32, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9
R. La palabra del Señor hizo el cielo.
Dad gracias al Señor con la cítara,
tocad en su honor el arpa de diez cuerdas;
cantadle un cántico nuevo,
acompañando los vítores con bordones. R.
Que la palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra. R.
La palabra del Señor hizo el cielo;
el aliento de su boca, sus ejércitos;
encierra en un odre las aguas marinas,
mete en un depósito el océano. R.
Tema al Señor la tierra entera,
tiemblen ante él los habitantes del orbe:
porque él lo dijo, y existió,
él lo mandó, y surgió. R.
Monición al Evangelio (Marcos 10, 46-52)
El texto evangélico de hoy nos muestra la determinación de un ciego para obtener un milagro de Jesús. Cantemos el aleluya para disponernos a escuchar esta Buena Noticia .
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Marcos 10, 46-52
En aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó con sus discípulos y bastante gente, el ciego Bartimeo, el hijo de Timeo, estaba sentado al borde del camino, pidiendo limosna. Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar:
—«Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí».
Muchos lo regañaban para que se callara. Pero él gritaba más:
—«Hijo de David, ten compasión de mí».
Jesús se detuvo y dijo:
—«Llamadlo».
Llamaron al ciego, diciéndole:
—«Ánimo, levántate, que te llama».
Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús.
Jesús le dijo:
—«¿Qué quieres que haga por ti?».
El ciego le contestó:
—«Maestro, que pueda ver».
Jesús le dijo:
—«Anda, tu fe te ha curado».
Y al momento recobró la vista y lo seguía por el camino.
Palabra del Señor.
Oración de los fieles
Presidente: Al Señor Jesús, que ha vencido la muerte y sigue obrando prodigios en la vida de sus fieles, digamos juntos:
Ten piedad de nosotros, Señor.
- Por la Iglesia, para que, con la gracia del Espíritu, pueda dar luz a los que están lejos, para que encuentren el camino que conduce a Dios. Oremos.
- Por Su Santidad el Papa Francisco, para que con la simplicidad de su hablar comunique a todos los fieles la cercanía del Señor Jesús que se hace prójimo de cada hombre y escucha su grito. Oremos.
- Por los que gobiernan las naciones, para que se abran sus ojos y sepan ver las reales necesidades de los pueblos; que sus acciones siempre estén orientadas al respeto y a la justicia con todos. Oremos.
- Por los que son afectados por enfermedades graves, para que el Señor les conceda encontrar en el sufrimiento que los aflige la esperanza en Él, la fuerza y la fe en la salvación. Oremos.
- Por todos nosotros, para que Dios nos permita sanarnos de nuestra ceguera espiritual, para poderle contemplar en la creación y en cada acontecimiento de nuestra vida. Oremos.
Presidente: Señor omnipotente, que conoces los pensamientos de nuestro corazón, haz que cada uno de nuestros deseos de bien encuentre cumplimiento en ti. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.
Presentación de las Ofrendas
Junto al pan y el vino, presentemos al Señor nuestra ceguera espiritual, para que Él la sane y podamos contemplar su gloria.
Comunión.
Cristo abre nuestros ojos para poderle descubrir en el pan y el vino que hoy vamos a recibir. Acerquémonos con fe a comulgar.
Final
Queridos hermanos, Cristo es la luz del mundo y hoy ha iluminado nuestra vida en esta santa misa. Vayamos a irradiar esa luz a los demás.
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Fuentes: Caballero, B., La Palabra cada día, Ed San Pablo, Madrid, 1990; Aldazábal, José, Enséñanos tus caminos 4, Centro de Pastoral Litúrgica, Barcelona, 1996; Secretariado Nacional de Liturgia, Comentarios Bíblicos al Leccionario del Tiempo Ordinario; Monjas Agustinas de los Cuatro Santos Coronados, Oración de los Fieles Tiempo Ordinario Ciclo Ferial, Ed San Pablo, Bogotá, Colombia; Farnés Sherer, Pedro, Moniciones y Oraciones Sálmicas, Ed. Regina, Mallorca, 1978.