Monición de Entrada
Queridos hermanos, nos da mucha alegría recibirles en la casa de Dios para celebrar juntos la santa misa en este sábado, con la que finalizamos la sexta semana del tiempo ordinario.
Seguir a Dios implica cargar con su cruz, según aprendíamos ayer. Hoy Dios nos muestra su gloria, pero nos enseñará a bajar también del Monte Tabor, para vivir el camino al calvario.
Dispuestos a seguir incondicionalmente a Jesús, comencemos esta misa con el canto de entrada.
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Moniciones a las lecturas
Monición a la primera lectura (Hebreos 11, 1-7)
El pasaje que leemos hoy de la carta a los Hebreos, hace un resumen de los ejemplos más edificantes de los primeros once capítulos que hemos escuchado del Génesis. Pongamos atención a esta lectura que nos sirve de estímulo para nuestra perseverancia en la.
PRIMERA LECTURA
Lectura de la carta a los Hebreos 11, 1-7
Hermanos:
La fe es seguridad de lo que se espera, y prueba de lo que no se ve. Por su fe, son recordados los antiguos.
Por la fe, sabemos que la palabra de Dios configuró el universo, de manera que lo que está a la vista no proviene de nada visible.
Por la fe, Abel ofreció a Dios un sacrificio mejor que Caín; por ella, Dios mismo, al recibir sus dones, lo acreditó como justo; por ella, sigue hablando después de muerto.
Por fe, fue arrebatado Henoc, sin pasar por la muerte; no lo encontraban, porque Dios lo había arrebatado; en efecto, antes de ser arrebatado se le acreditó que había complacido a Dios, y sin fe es imposible complacerle, pues el que se acerca a Dios debe creer que existe y que recompensa a quienes lo buscan.
Por fe, Noé, advertido por Dios de lo que aún no se veía, tomó precauciones y construyó un arca para salvar a su familia; por la fe, condenó al mundo y consiguió la justicia que viene de la fe.
Palabra de Dios.
Monición al salmo responsorial (Salmo 144)
Si la lectura anterior hace un recuento de los mejores ejemplos de los primeros capítulos del Génesis, el salmo nos invita a ser transmisores de las hazañas de Dios a nuestras generaciones. Por eso nos unimos al salmista diciendo todos:
Salmo responsorial: Salmo 144, 2-3. 4-5. 10-11
R. Bendeciré tu nombre; Señor, por siempre.
Día tras día te bendeciré
y alabaré tu nombre por siempre jamás.
Grande es el Señor, merece toda alabanza,
es incalculable su grandeza. R.
Una generación pondera tus obras a la otra,
y le cuenta tus hazañas.
Alaban ellos la gloria de tu majestad,
y yo repito tus maravillas. R.
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R.
Monición al Evangelio (Marcos 9, 2-13)
La escena que nos narra el Evangelio de San Marcos, tiene como protagonistas a tres discípulos predilectos de Jesús, a quienes les manifiesta su gloria y más tarde los hará experimentar la crisis en el huerto.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Marcos 9, 2-13
En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos solos a una montaña alta, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo.
Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús:
—«Maestro, ¡qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías».
Estaban asustados, y no sabía lo que decía.
Se formó una nube que los cubrió, y salió una voz de la nube:
—«Éste es mi Hijo amado; escuchadlo».
De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos.
Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó:
—«No contéis a nadie lo que habéis visto, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos».
Esto se les quedó grabado, y discutían qué querría decir aquello de «resucitar de entre los muertos».
Le preguntaron:
—«¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Elías?».
Les contestó él:
—«Elías vendrá primero y lo restablecerá todo. Ahora, ¿por qué está escrito que el Hijo del hombre tiene que padecer mucho y ser despreciado? Os digo que Elías ya ha venido, y han hecho con él lo que han querido, como estaba escrito».
Palabra del Señor.
Oración de los fieles
Presidente: Dios asiste y recompensa a los que lo buscan. Creciendo siempre en el deseo de buscarlo, pidámosle que aumente nuestra fe y digamos todos:
Señor, aumenta nuestra fe
- Por los sacerdotes, los religiosos y los consagrados, para que sean signo profético del Reino de Dios y no se cansen nunca de servir a la Iglesia anunciando con alegría la salvación que espera a cada hombre y que lo conduce a la satisfacción del deseo profundo de felicidad porque lo lleva a Dios. Oremos.
- Por los que ocupan algún cargo en el gobierno de las naciones, para que promuevan políticas que prósperos a los sectores más desprotegidos y menos promovidos de nuestra sociedad. Oremos.
- Por los jóvenes que viven su vida en la precariedad y en la inquietud, buscando la felicidad, para que no se dejen ganar por el desánimo, sino que en la verdad de su búsqueda sepan ponerse en la escucha de la Palabra del Señor y reconocer los innumerables signos que Él realiza en sus vidas y que conducen a Él, fuente de felicidad duradera. Oremos.
- Por esta comunidad, para que no nos acostumbremos solo a experimentar la gloria de Dios, manifestada en las bendiciones que día a día recibimos de Él, sino que le acompañemos también en su camino al calvario, cargando con la cruz que nos llevará a la gloria de la Resurrección. Oremos.
Presidente: Oh Dios, que haces de nuestra vida terrena una historia de salvación, escucha nuestra oración y concédenos una fe firme, una esperanza viva y una caridad laboriosa. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Presentación de las Ofrendas
Por la grandeza incomparable de Dios, que hace que la tierra produzca sus frutos, hemos obtenido el pan y el vino, que hoy ofrecemos a Dios llevándolo al altar.
Comunión
«La fe es seguridad de lo que se espera, y prueba de lo que no se ve», nos ha dicho la primera lectura. Por fe sabemos que Cristo está presente en el pan y el vino consagrados, por eso acudimos con devoción a recibirle.
Final
Queridos hermanos, que el mensaje del Evangelio de hoy sea nuestra agenda de todos los días, aprendiendo a vivir en Tabor, con la gloria; pero aceptando también el calvario, con la cruz de cada día. Vayamos a poner en práctica la Palabra escuchada.
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Fuentes: Caballero, B., La Palabra cada día, Ed San Pablo, Madrid, 1990; Aldazábal, José, Enséñanos tus caminos 4, Centro de Pastoral Litúrgica, Barcelona, 1996; Monjas Agustinas de los Cuatro Santos Coronados, Oración de los Fieles Tiempo Ordinario Ciclo Ferial, Ed San Pablo, Bogotá, Colombia; Farnés Sherer, Pedro, Moniciones y Oraciones Sálmicas, Ed. Regina, Mallorca, 1978.