Monición de entrada
Buenos días (tardes, noches) queridos hermanos. Nos llena de alegría tenerles en la casa de Dios para comenzar las misas diarias de la vigésima tercera semana del tiempo ordinario.
Hoy también recordamos a San Pedro Claver, presbítero de la Compañía de Jesús, que se dedicó al servicio de los esclavos negros en Colombia.
En las lecturas de hoy, somos llamados a reflexionar sobre la importancia de vivir una vida de pureza, rectitud y misericordia, siguiendo el ejemplo de nuestro Señor Jesucristo y de los grandes santos.
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Moniciones a las lecturas
Monición a la primera lectura (1 Corintios 5, 1-8)
En el texto de hoy, san Pablo empieza a tomar postura ante algunos desórdenes y abusos que ocurren en la comunidad de Corinto, echándole en cara a esta comunidad que tolere casos como el incesto. Escuchemos atentos.
PRIMERA LECTURA
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 5, 1-8
Hermanos:
Se sabe públicamente que hay un caso de unión ilegítima en vuestra comunidad, y tan grave que ni los gentiles la toleran; me refiero a ése que vive con la mujer de su padre.
¿Y todavía os engreís?
Estaría mejor ponerse de luto, para que el que ha hecho eso desaparezca de vuestro grupo.
Lo que es yo, ausente en el cuerpo, pero presente en espíritu, ya he tomado una decisión como si estuviera presente: reunidos vosotros en nombre de nuestro Señor Jesús, y yo presente en espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesús entregar al que ha hecho eso en manos del diablo; en la carne quedará destrozado, pero así su espíritu se salvará en el día del Señor.
Ese orgullo vuestro no tiene razón de ser.
¿No sabéis que un poco de levadura fermenta toda la masa?
Quitad la levadura vieja para ser una masa nueva, ya que sois panes ázimos.
Porque ha sido inmolada nuestra víctima pascual: Cristo.
Así, pues, celebremos la Pascua, no con levadura vieja (levadura de corrupción y de maldad), sino con los panes ázimos de la sinceridad y la verdad.
Palabra de Dios.
Monición al salmo responsorial (Salmo 5)
El salmo 5 salmo refleja la necesidad de buscar la pureza de corazón en nuestra relación con Dios, que mantiene una exigencia constante de conversión y purificación. Unámonos al salmista diciendo todos:
Salmo responsorial: Salmo 5, 5-6. 7. 12
R. Señor, guíame con tu justicia.
Tú no eres un Dios que ame la maldad,
ni el malvado es tu huésped,
ni el arrogante se mantiene en tu presencia. R.
Detestas a los malhechores,
destruyes a los mentirosos;
al hombre sanguinario y traicionero
lo aborrece el Señor. R.
Que se alegren los que se acogen a ti,
con júbilo eterno;
protégelos, para que se llenen de gozo
los que aman tu nombre. R.
Monición al Evangelio (Lucas 6, 6-11)
El texto evangélico de hoy nos muestra de nuevo la tensión en torno al cumplimiento del sábado. Esta vez no por las espigas que comían por el campo, sino por una curación hecha en la sinagoga precisamente en sábado.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Lucas 6, 6-11
Un sábado, entró Jesús en la sinagoga a enseñar.
Había allí un hombre que tenía parálisis en el brazo derecho.
Los escribas y los fariseos estaban al acecho para ver si curaba en sábado, y encontrar de qué acusarlo.
Pero él, sabiendo lo que pensaban, dijo al hombre del brazo paralítico:
—«Levántate y ponte ahí en medio».
Él se levantó y se quedó en pie.
Jesús les dijo:
—«Os voy a hacer una pregunta: ¿Qué está permitido en sábado: hacer el bien o el mal, salvar a uno o dejarlo morir?».
Y, echando en torno una mirada a todos, le dijo al hombre:
—«Extiende el brazo».
Él lo hizo, y su brazo quedó restablecido.
Ellos se pusieron furiosos y discutían qué había que hacer con Jesús.
Palabra del Señor.
Oración de los fieles
Presidente: A Dios, Padre de la libertad, que sostiene y acompaña a todos los que van en busca de ella, nos dirigimos diciendo:
Haznos libres, Señor.
- Por la Iglesia, para que, libre de prejuicios y legalismos estériles, a través de sus pastores sepa acoger y sanar todas las parálisis morales y psicológicas que afligen al hombre de hoy, usando la misma ternura de Jesús. Oremos.
- Por todos los poderosos de la tierra, para que, libres de toda malicia y perversidad, en su servicio de administración de la vida de las naciones, tengan el coraje y la rectitud de corazón para poner el hombre por encima de toda ley. Oremos.
- Por los que viven la profunda parálisis de la depresión, que cierra los horizontes y ensombrece la vitalidad. Para que puedan encontrar personas que con discreción y respeto sepan entrar en su noche y hacerla menos oscura. Oremos.
- Por todos nosotros, que vivimos presa de las pasiones rebeldes que socavan la paz del corazón y de las relaciones. Para que aprendamos a liberarnos de nuestras pretensiones egocéntricas y egoístas, y a abrirnos al bien compartido. Oremos.
Presidente: Señor, Dios nuestro, que eres libre y liberador, escucha nuestras súplicas y concédenos ojos nuevos que sepan mostrarnos el sentido verdadero y profundo de la realidad. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Ofertorio
Llevemos al altar nuestras ofrendas de pan y vino, que se convertirán en sacramento
de salvación. Cantemos todos.
Comunión
Llega el momento de nutrirnos con el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Con mucha devoción y fe, acerquémonos a comulgar, cantando.
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Fuentes: Caballero, B., La Palabra cada día, Ed San Pablo, Madrid, 1990; Aldazábal, José, Enséñanos tus caminos 5, Centro de Pastoral Litúrgica, Barcelona, 1996; Secretariado Nacional de Liturgia, Comentarios Bíblicos al Leccionario del Tiempo Ordinario; Monjas Agustinas de los Cuatro Santos Coronados, Oración de los Fieles Tiempo Ordinario Ciclo Ferial, Ed San Pablo, Bogotá, Colombia
