Monición de entrada
Buenos días (tardes, noches) queridos hermanos. Una vez más nos reunimos en la casa de Dios para participar de las misas diarias. Para iniciar este mes de octubre, hoy celebramos la memoria de santa Teresa del Niño Jesús, virgen y doctora de la Iglesia, patrona de las misiones, junto a san Francisco Javier.
Dios quiere que todos nos salvemos. Acogidos a ese deseo de Dios, nos unimos para seguirnos preparando en nuestro camino hacia la Jerusalén celestial.
Con mucha alegría, comencemos nuestra celebración, entonando juntos el canto de entrada.
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Moniciones a las lecturas
Monición a la primera lectura (Job 3, 1-3. 11-17. 20-23)
Seguimos leyendo el drama en la vida Job. Ayer se nos presentaba como modelo admirable de paciencia; pero hoy, ante unas calamidades aún mayores, Job sufre una crisis profunda en su fe en Dios. Escuchemos.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de Job 3, 1-3. 11-17. 20-23
Job abrió la boca y maldijo su día diciendo:
«¡Muera el día en que nací,
la noche que dijo: «Se ha concebido un varón!».
¿Por qué al salir del vientre no morí
o perecí al salir de las entrañas?
¿Por qué me recibió un regazo
y unos pechos me dieron de mamar?
Ahora dormiría tranquilo,
descansaría en paz,
lo mismo que los reyes de la tierra
que se alzan mausoleos,
o como los nobles que amontonan oro
y plata en sus palacios.
Ahora sería un aborto enterrado,
una criatura que no llegó a ver la luz.
Allí acaba el tumulto de los malvados,
allí reposan los que están rendidos.
¿Por qué dio luz a un desgraciado
y vida al que la pasa en amargura,
al que ansía la muerte que no llega
y escarba buscándola más que un tesoro,
al que se alegraría ante la tumba
y gozaría al recibir sepultura,
al hombre que no encuentra camino
porque Dios le cerró la salida?».
Palabra de Dios.
Monición al salmo responsorial (Salmo 87)
El salmo 87 está pronunciado por un enfermo grave que ve llegar la muerte. La perspectiva de Job, que invocaba la muerte como descanso, es diversa; pero es semejante la expresión de la tragedia del hombre, el pobre, condenado a muerte. Aclamemos a Dios, que se deja invocar en nuestros momentos difíciles y digámosle:
Salmo responsorial: Salmo 87, 2-3. 4-5. 6. 7-8
R. Llegue hasta ti mi súplica, Señor.
Señor, Dios mío, de día te pido auxilio,
de noche grito en tu presencia;
llegue hasta ti mi súplica,
inclina tu oído a mi clamor. R.
Porque mi alma está colmada de desdichas,
y mi vida está al borde del abismo;
ya me cuentan con los que bajan a la fosa,
soy como un inválido. R.
Tengo mi cama entre los muertos,
como los caídos que yacen en el sepulcro,
de los cuales ya no guardas memoria,
porque fueron arrancados de tu mano. R.
Me has colocado en lo hondo de la fosa,
en las tinieblas del fondo;
tu cólera pesa sobre mí,
me echas encima todas tus olas. R.
Monición al Evangelio (Lucas 9, 51-56)
Comienza hoy en el evangelio de Lucas una nueva sección que está dedicada
al viaje de subida de Jesús a Jerusalén .En el inicio de ese viaje, Jesús tiene que pasar por territorio samaritano y no es bien recibido, según el pasaje que leemos ahora.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Lucas 9, 51-56
Cuando se iba cumpliendo el tiempo de ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros por delante.
De camino, entraron en una aldea de Samaria para prepararle alojamiento. Pero no lo recibieron, porque se dirigía a Jerusalén.
Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le preguntaron:
—«Señor, ¿quieres que mandemos bajar fuego del cielo que acabe con ellos?».
Él se volvió y les regañó. Y se marcharon a otra aldea.
Palabra del Señor.
Oración de los fieles
Presidente: Señor, siempre presente en la comunidad de los creyentes, nos pode que seamos instrumento de su amor respetando la libertad de las hermanos. Pidámosle:
Escúchanos, Señor.
- Por la Iglesia: que vaya siempre al encuentro de los hombres de nues tro tiempo, anunciando la Palabra de Dios, incluso en medio de los rechazos y la incomprensión. Oremos.
- Por todos los cristianos que sufren persecuciones a causa de la fe, para que tengan siempre la fuerza de la coherencia y de la fidelidad junto a la capacidad de perdón y misericordia. Oremos.
- Por nuestra sociedad: que, en la convivencia de los diversos pueblos y culturas, sea capaz de diálogo y respeto, de encuentro e intercambio, para que viva en perfecta armonía. Oremos.
- Por nosotros aquí presentes: que sepamos adherirnos totalmente a todo lo que el Señor nos pide y conformarnos a su misterio de amor y de total oblación. Oremos.
Presidente: Señor, que no quieres que nos impongamos a los hermanos con la fuerza y la prepotencia, concédenos comprender cuándo nos alejamos del camino que tú has recorrido. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
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Fuentes: Caballero, B., La Palabra cada día, Ed San Pablo, Madrid, 1990; Aldazábal, José, Enséñanos tus caminos 6, Centro de Pastoral Litúrgica, Barcelona, 1996; Secretariado Nacional de Liturgia, Comentarios Bíblicos al Leccionario del Tiempo Ordinario; Monjas Agustinas de los Cuatro Santos Coronados, Oración de los Fieles Tiempo Ordinario Ciclo Ferial, Ed San Pablo, Bogotá, Colombia