Monición de entrada
Para los lugares donde no se celebra esta memoria, ver: Lecturas y Moniciones 21 de noviembre de 2024
Buenos días (tardes, noches) queridos hermanos. En nuestra celebración mariana, en la que conmemoramos la Presentación de la Santísima Virgen María, les damos la más cordial bienvenida a la casa de Dios.
Más importante que los relatos antiguos de la Presentación de la Virgen María en el Templo, la memoria viva de las Iglesias del Oriente y del Occidente celebran hoy la entrega que de sí misma hizo la santísima Virgen al Señor.
Que la llena de gracia interceda por cada uno de los que este día participamos en esta celebración, que iniciamos con el canto de entrada.
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Moniciones a las lecturas
Para los lugares donde no se celebra esta memoria, ver: Lecturas y Moniciones 21 de noviembre de 2024
Monición a la primera lectura (Zacarías 2,14-17)
El texto de Zacarías, que escucharemos a continuación, se inserta en la tercera de las ocho visiones que narra el profeta: una visión universal, que se destaca en la celebración de la Presentación de la Santísima Virgen María. Escuchemos atentos.
PRIMERA LECTURA
Lectura de la profecía de Zacarías 2,14-17
Alégrate y goza, hija de Sión,
que yo vengo a habitar dentro de ti
—oráculo del Señor—.
Aquel día se unirán al Señor muchos pueblos,
y serán pueblo mío.
Habitaré en medio de ti,
y comprenderás que el Señor de los ejércitos
me ha enviado a ti.
El Señor tomará posesión de Judá
sobre la tierra santa
y elegirá de nuevo a Jerusalén.
Calle toda carne ante el Señor,
cuando se levanta en su santa morada.
Palabra de Dios.
Monición al salmo responsorial (Interleccional: Lucas 1)
Prolonguemos la alegría, a la que nos invita la primera lectura, uniéndonos a la Santísima Virgen María, y proclamemos la grandeza de Dios, diciendo todos:
Interleccional: Lucas 1, 46-47. 48-49. 50-51. 52-53. 54-55
R. El poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo.
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador. R.
Porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo. R.
Y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón. R.
Derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos. R.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre. R.
Monición al Evangelio (Mt 12, 46-50)
Ante la visita de sus parientes, Jesús nos anuncia el nuevo concepto de familia que se va a establecer en tomo a él, en un gesto que alaba el fiel cumplimiento de la Palabra, por parte de la Santísima Virgen María.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Mateo 12, 46-50
En aquel tiempo, estaba Jesús hablando a la gente, cuando su madre y sus hermanos se presentaron fuera, tratando de hablar con él. Uno se lo avisó:
—«Oye, tu madre y tus hermanos están fuera y quieren hablar contigo».
Pero él contestó al que le avisaba:
—«¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?».
Y, señalando con la mano a los discípulos, dijo:
—«Éstos son mi madre y mis hermanos. El que cumple la voluntad de mi Padre del cielo, ése es mi hermano, y mi hermana, y mi madre».
Palabra del Señor.
Oración de los fieles
Presidente: Sostenidos y acompañados por la presencia orante de la Virgen María, dirijamos confiados nuestras súplicas a Dios Padre. Digamos juntos:
Protege a tu pueblo, Señor.
- – Por el pueblo de Dios en camino en la historia, para que sepa dar siempre y en todo lugar testimonio de las grandes obras que Dios continuamente realiza en pro de la humanidad. Oremos.
- Por los seminaristas y jóvenes en camino hacia la consagración religiosa, para que se acerquen con docilidad a la Palabra de Dios, a las invitaciones del Santo Padre y a los consejos de quien los acompaña en la formación, para que, como María, aprendan a hacer la voluntad de Dios. Oremos.
- Por todas las personas gravemente enfermas, para que puedan gozar de la presencia consoladora y maternal de María Santísima, y se dejen acompañar por ella con confianza y ofrecimiento paciente. Oremos.
- Por todos nosotros, para que aprendamos de la Santísima Virgen María, su capacidad de escucha y cumplimiento de la Palabra de Dios, y su disponibilidad al servicio de los hermanos. Oremos.
Presidente: Te alabamos y te damos gracias, Dios Padre, por el don de María, Madre tuya y de todos los vivientes. Por ella te pedimos que acojas nuestras oraciones y lleves a cumplimiento tu voluntad sobre cada uno de nosotros. Te lo pedimos por Jesucristo, que es Dios y vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.
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